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viernes, 1 de agosto de 2014

Desde los cinco sentidos


En tardes lánguidas como aquella, Mario gustaba de contemplar, a través de la ventana de su cuarto, el patio interior que los dueños de la casa mantenían con especial esmero. Tenía el lugar dos niveles que rivalizaban en irresistible encanto, pero que se fundían luego en un armónico conglomerado de colores, texturas y aromas. Desde el piso superior, el inquilino podía deleitarse con las paredes encaladas de los laterales, inundadas de geranios, rojos, rosas y blancos, la arcilla
impoluta de las macetas y el verde aterciopelado de las hojas. De cada una de estas paredes, colgaban  dos balcones, adornados de balaustradas de cerámica azul y blanca y de ventanales con vidrios emplomados en diversos motivos. Bajo los arcos de la planta inferior, las rejas de celosía y los platos de porcelana colgados en las paredes, se disputaban el espacio con las buganvilias, las jardineras sembradas de lavanda y los arbustos de laurel.

Pero de entre todos los atractivos de aquel patio, Mario tenía entregada reverencia por la pequeña fuente, alrededor de la cual se organizaba todo lo demás. Encontraba sublime el repiqueteo que producía en el cuenco superior la llegada de los chorros cristalinos que lanzaban, desde las cuatro esquinas de su base, otras tantas ranas boquiabiertas, esmaltadas en verde.

5 comentarios:

  1. Bonita descripción, bonito nombre, y certero título. Veo que has dejado fuera el sexto sentido, con lo que a mí me gusta... Enhorabuena por tu blog, espero que escribas mucho y nos deleites con tu arte. Saludos.

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    1. Gracias, María. Espero ir visitando vuestros blogs poco a poco. Tú también nos dejaste muy buenos trabajos en EPDE.

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  2. Preciosa descripción. Solo hay que cerrar los ojos y ver, oler, oír, tocar ... todo aquello que has descrito a la perfección y de manera tan poética. Te ha faltado el plato de jamón y la jarra de vino o la tostá con aceite y ajos y el café con leche, para que hubieran sido cinco sentidos...El sexto sentido, como pide María, lo dejo para Pascual cuando le toque la reseña de esa peli...Un hermoso trabajo y para mi perfecto...como siempre.

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    1. Este fue el primer ejercicio que tuve que hacer en un taller de narrativa. Igual me pasé de barroco, pero era un poco la idea. En cuanto al café con leche, quizá more relaxing in Plaza Mayor.

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