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viernes, 22 de abril de 2016

El otro lado


Se despertó en mitad de la noche  envuelto en un sudor frío y blandiendo aún en el aire una inexistente espada mágica contra enemigos que ya no estaban allí. Luego se miró las manos desnudas, sacudió la cabeza y escudriñó a su alrededor...

Nada. Habían desaparecido los espectros y las voces del más allá. Y sin embargo, sin saberlo explicar en pura lógica, sentía aún sobre sí la mirada helada de sus cuencas vacías y el intenso olor a azufre que se había traído del mal sueño. Se tranquilizó y cerró los ojos. Fue justo en ese momento cuando saltaron sobre él como bestias hambrientas, arrastrándole de nuevo hacía un abismo de pesadilla e imposible retorno.