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martes, 14 de junio de 2016

Virgo


Desde que la conocí, mi economía no había dejado de empeorar. Todo era debido, lo que son las cosas, a mi ascendente Acuario y la influencia negativa que recibía de los astros cuando estaban cruzados. Pero yo estaba tranquilo porque ella se ocupaba de todo y porque solía explicármelo con palabras tan dulces que nunca me importó demasiado aquella mala pata planetaria.
—¿Y en el amor, ¿cómo me irá?
¿En el amor? ¡So-ber-bio! silabeaba, con ese acento caribeño que era auténtica música.
Y cuando yo echaba mano a la cartera para abonarle los honorarios, sus ojos alegres resplandecían y me regalaban una magia inexplicable. El maldito Saturno podía amargarme el bolsillo, pero la voz de aquella diosa seductora conseguía elevarme muy por encima de cualquier tipo de confabulación cósmica.

2 comentarios:

  1. Está genial. Ha sido una pena que al final por dos minutos no participará en el concurso.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, Mar. Después de subirlo, vi que había que hacerle algún retoque, así que preferí no presentarlo al concurso para no herir susceptibilidades horarias. En fin, la semana que viene a ver si estoy inspirado antes de la hora.

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